jueves, 18 de mayo de 2017

Fluir.

Siglos atrás, un filósofo, dijo que un hombre no se baña dos veces en el mismo río. En la vida, nada es permanente, todo cambia constantemente. Las llamas de una fogata siempre se balancean a distintos ritmos, no hay olas gemelas en el inmenso mar, el agua fluye al igual que la vida, cambiante, incierta. Un día sentís que todo va mal y al otro tal vez se cumpla tu más preciado anhelo, o viceversa.
  El destino no existe, no deambulamos por un camino recto. La carretera que transitamos desde nuestro nacimiento hasta la muerte está llena de curvas, intersecciones y baches. Todo es incierto, nunca se sabe lo que vendrá ¿Acaso importa? ¿No es hermosa esa adrenalina que recorre tus venas al arriesgarte sin tener certezas de lo que va a pasar?
  Vivamos en el aquí y ahora. El pasado y el futuro son sólo palabras si valor que no tienen que preocuparnos mientras estemos en el presente, mientras nademos en éste río.